Roberto Alcázar es un periodista e intrépido aventurero que viaja a Argentina en un trasatlántico, para cobrar una herencia. Durante el trayecto descubre a un polizón: Pedrín, un joven muchacho al que adopta
como ayudante.
Unos años más tarde, Roberto pasa a trabajar como agente de la Interpol y sus aventuras adquieren un carácter cosmopolita al ser narradas desde los países más remotos del mundo.
Su mejor arma, los puños. En casi todas las aventuras, conseguía reducir a los villanos a fuerza de puñetazos.
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