Descripción
Argumento:
Son narraciones de cuentos y relatos de hadas, princesas, reinas y magos, e historietas de corte romántico.
Más información:
Azucena (iniciada en 1946 por la Editorial Toray) fue la más popular colección de tebeos femeninos en la postguerra si bien, en este caso, se trataba de un formato apaisado con una sola historieta completa, es decir, que no eran tebeos que llevaran varias historietas ni los llamados cuadernos de aventuras, apaisados, pero de historieta con continuará y, generalmente, dirigidas a los niños. Azucena evolucionó desde las narraciones de cuentos de hadas a otras de corte romántico y dio lugar a numerosas colecciones de cuadernos que imitaron su fórmula. Azucena atesoró de inmediato una gran familia de adolescentes lectoras, ilusionadas «protagonistas» de tan hermosas historias y de absoluta fidelidad a través de los años. Se publicó el último ejemplar el 2 de julio de 1971. El nacimiento de los primeros cómics en nuestro país, -como en otras situaciones sociales del momento- no preveía contar con el beneplácito de las mujeres, ni mucho menos despertar en ellas el mínimo interés. La cultura era un patrimonio exclusivo del sexo masculino. La mujer estaba marginada a hacer los trabajos de la casa cuidar del marido y de los hijos y rezar. Teniendo en cuenta esto, se puede entender la trayectoria del cómic femenino en España, casi desde el primer momento en que los primeros cómics comenzaron a salir de forma regular al mercado. En aquella situación se encontraba como normal que el hombre fuera el personaje principal y no la mujer. Por otro lado, los hombres ejercían el poder en la sociedad del momento, eran también los que tenían el dominio del mundo editorial: los propietarios-editores, dibujantes, guionistas, impresores, traductores, etc. De alguna manera, los hombres condicionaron el desarrollo y talante de los primeros cómics dedicados a la mujer, ya que fueron ellos los que los crearon. Antes de la Guerra Civil, el cómic femenino es casi inexistente. Algún personaje típico femenino, como Shirley Temple, se publica en la revista La Alegría Infantil, y durante mucho tiempo consigue un notable éxito, pero, eso es una excepción dentro de la regla. En la postguerra, y hasta la muerte del dictador Franco, los cómics femeninos siempre fueron orientados por los hombres y por la política social franquista, con la cual se pretendía tener embobadas a las mujeres. Pese a todo, gracias o por culpa de que los responsables de editar cómics femeninos fueran casi exclusivamente hombres, con el paso del tiempo se va consiguiendo que la mujer se incorpore al cómic, primeramente, como lectora, y finalmente como dibujante profesional. Algún editor perspicaz, entendiendo que un cómic para niñas sería mejor interpretado por artistas de su mismo sexo, da la oportunidad a la mujer para dibujar historietas de este género. Esta tarea se comienza con timidez por alguna mujer atrevida y más adelante sigue con un fuerte empuje, hasta que las profesionales femeninas lo hacen tan bien como sus compañeros. Finalmente, la mujer obtenía, por méritos propios, aquello que le correspondía por derecho. Pioneras y esforzadas, algunas mujeres nos hicieron disfrutar de su exquisito arte: Pili Blasco, Merce Llimona, Rosa Galcerán, Mar?a Pascual, Carme Barberá, Purita Campos, Juli (Estruch), Mariel Soria, Carmen Mir, Pilarín Bayes, etc. También hemos soñado con los extraordinarios dibujos de: Jesús Blasco, Vicente Roso, Ripoll G., Jorge Nadal, Bosch Penalva, Carrillo, Macabich, J. Juez, Pedro Alférez, Martz Schmidt, Escobar, Raf, Lanzón, José Luis o José Grau. Destacan entre los títulos mas emblemáticos de los cómics femeninos: AZUCENA (en esta colección, por su larga trayectoria, es donde la mujer empez? a gestarse como historietista. Sus autoras más prolíficas y representativas, fueron: Rosa Galcerán, María Pascual y Carme Barberá), MIS CHICAS, FLORITA, MARILO, SISSI, LILY, CLARO DE LUNA, MARY NOTICIAS, etc., y un montón de publicaciones y heroínas de todas las épocas, donde las niñas y las jóvenes de otros tiempos depositaron una parte importante de sus sueños. |